viernes, 3 de diciembre de 2010

Quien se ha llevado mi Machete?


Machete, la ultima de Robert Rodriguez, es un film delicioso, si. No se trata de la esperada obra maestra, y hubo algun rostro algo desilusionado a la salida, pero funciono. Sin embargo, a dos dias de su visionado, las dudas se transformaron en certezas y se planteo que quizas se tratara de un film mercenario, para nada genuino, sin vitalidad, y que de alli provenia cierta desidia narrativa a la hora de volar todo (se podria decir que en Machete todo vuela, pero predeciblemente), cierto desparpajo de manual. 

Machete promete. Desde su fantastico trailer, que aparecio en Grindhouse, hasta sus minutos iniciales. Pero despues de un inicio a todo motor, Steven Seagal desaparece, demostrando que lo suyo era figurar.

La trama se vuelve no solo predecible, sino, peor, una trama acorde a los marcos habituales del genero de accion. Todo muy racional, muy lineal. La imagen acompaña a la pelicula en su estancamiento: no se ve ningun procedimiento que muestre la materialidad del cine en descomposicion (es decir, el propio celuloide dañada, apoyando la logica del cine como ficcion pura y por ende como una creacion ludica) como sucedia constantemente en Grindhouse; y lo que es peor, las imagenes absolutamente alocadas que prometia el trailer aparecen aqui por rigor (es decir, porque ya habian aparecido en el trailer), casi forzadas en el contexto de una estetica casi realista, hasta con comentarios sociales, aunque a veces parodiados (mas alla de algunos excesos -como los cortes de cabeza- que se asemejan mas a gestos que a otra cosa, gestos cool, de referencia al cine gore, en lugar de ser cine puramente gore, corrosivo). Lejos esta de la estetica gremliniana de absoluto desparpajo y destruccion (destruccion de cuerpos, destruccion del cine) que disfrutamos en Grindhouse. Mucho mejor resulta Planet Terror que esta Machete divertida, pero que parece delatar cierta cualidad mercenaria de su creador, que vio que habia ganancia en aquel trailer y lo hizo pelicula casi con desidia, repitiendose y siguiendo cierto manual posmoderno. Para recaudar un poco mas, Don Rodriguez cometio otro error (el ultimo que puntualizaremos) al convocar a Jessica Alba y Lindsey Lohan, dos minitas que estaran refuertes pero solo agregan mojigatez y referencialidad pop al film. Mucho mas carnosa y sugerente resulto la eleccion de la McGowan para Planet Terror. Pero no se trata de no mostrar (Rose tampoco enseñaba): aqui el error no es solo en el casting sino en las eleccion del director que, como si de una pelicula de cable se tratara, en lugar de mostrar el sudor y el manoseo que esperamos de Machete, aleja hacia arriba la camara de la pareja que se desviste y corta, en el procedimiento mas mojigato y falto de imaginacion y sugerencia que ha dado el cine. Lamentamos verlo en un director que habia demostrado tanta vitalidad como Robert Rodriguez. Lamentamos ver todos estos procedimientos banales, toda esta estetica esteril de tanta previsibilidad, que no hacen mas que quitarle sabroson a lo que podria haber sido el film subversivo del año.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

Fish Story: preludio a 2011, el primer año sin 20th Century Boys


Bueno. 2011 sera el primer año post-centuryboysiano, como explique a algunos por mail. La categoria resulta a priori sospechosa, por irrelevante y porque no define nada sobre la era actual, sino que simplemente la declara posterior a la era anterior.

 En principio, la categoria podra ser irrelevante para la mayoria, sin embargo se encuentra revestida de una importancia crucial para mi. 20th Century Boys fue para mi no solamente 10 años de mi vida (lo cual abarca, en realidad, toda mi vida conciente), compañera de soledades y emociones; significo tambien y sobre todo, en menor medida un redescubrimiento de los generos bajos, una apertura a nuevos mundos del manga y de las aventuras lejano al prejuicio, y en una escala mayor, un redescubrimiento del poder de la ficcion y de la humanidad creadora. La proxima vision de la tercera parte de la trilogia de peliculas supondra el fin, entonces, a una etapa mia de reinvencion de categorias, todas ellas afectadas por los veintitantos volumenes de gloriosas conspiraciones, persecuciones, amores y giros mayusculos.

 Por otro lado, la categoria post-centuryboysismo, es cierto, no define nada sobre la actual era, la que comenzara en 2011. Pero hay detras de ello una razon de ser: simplemente no se que se esconde detras del horizonte de fin de año.

 Increiblemente, por cuestiones que uno a veces no puede sino relacionar al destino, escapando un poco de las obligaciones libristicas le puse play a una de las toneladas de peliculas que tengo bajadas esperando el veranito: Fish Story.

 Resulto ser el puntapie inicial perfecto para la nueva etapa.

 Fish Story no puede ser sino una reescritura de 20th Century Boys: trata sobre el fin del mundo, los heroes que a el se enfrentan, y la musica que los acompaña y los salva. Se compone, como aquella, de diversos personajes en diversas lineas temporales, moviendose de una a otra a traves de una estructura episodica similar a la del folletin y, por ende, a la del manga original.

 Hasta aqui, podria ser una copia que se aprovechase del exito de la trilogia. Sin embargo, la pelicula funciona mas bien como el anverso, como la contracara de las carisimas peliculas industriales que adaptaron el manga y en el camino dejaron atras cierta simpleza y humanidad. Grandilocuencia: las adaptaciones son buenas, son fieles (algo que importa absurdamente a los fanaticos como yo), pero no se comparan con la experiencia de leer la historieta, una experiencia que genera piel de gallina constantemente. De hecho, por momentos da la sensacion de que, sin la historieta, los films no tendrian demasiada epicidad, demasiada gracia.  

 Entonces, que hace Fish Story? Recupera el nucleo humano de la obra original: los personajes. Ata cabos, arma una estructura economica y atrapante que conduzca a un final. Y tambien, se rie por momentos de si mismo: porque en el centro del film no hay rock clasico y valores humanistas clasicos, sino punk, individuos divididos y una esperanza siempre, siempre postergada de justicia. No hay intento de recuperar la bandera de la amistad, de los valores modernos, sino una desgarradora y sutil perdida de valores y el deseo de que un grito de musica pueda, de algun modo (obviamente, caricaturizado para fines aventureros) mejorar ese mundo de muchachones cobardes, perdidos. 

 Fish Story se sabe lo que su titulo sugiere: una historia exagerada sobre la musica como salvacion. Y entonces se dedica a jugar con la nocion, a exagerar y a declararse exagerada. Pero no se pierde en el gesto bizarro, sino que huye de el, hacia un tono realista y cerca del intimismo, preocupada por sus personajes, por sus problemas. Aunque el tema Fish Story salve, efectivamente, al mundo, la musica ya habia salvado sus vidas mucho antes.

 De alguna manera, este film que se constituye necesariamente como constraste de 20th Century Boys (la trilogia) es una mejor adaptacion del espiritu de la historieta que los films son (lo cual demuestra que uno se preocupa por una absurda fidelidad de la trama en lugar de por cosas mas importantes). Y esta reformulacion de los temas humanistas de 20th Century Boys en clave anticlasica, posmoderna y punk no deja de ser el preludio perfecto para el primer año de mi vida que no se vera afectado por la maginifica obra de Urasawa, a quien comienzo a despedir como se despide a un hermano que se va de viaje.