Bueno, sin dudas se trata del suceso indie del año. Con todo lo malo que eso trae aparejado: la afectacion del incomprendido, las bandas sonoras llenas de los 40 principales segun pitchfork, que se yo, toda esa mierda que ya cansa un poco, del tipo que quiere adoptar a un bebe de China o del que se la pasa persiguiendo a la minita que escucha The Smiths.
Algo de eso habia en la historieta, y tambien hay en la pelicula: por suerte en ambas toda esa nueva sensibileria (el nuevo melodrama) es licuada (con un sinfin de citas geek) y convertida en un mejunje fluorescente, en un motivo para festejar y no para llorar: los parias y toda su cultura se vuelven en Scott Pilgrim (version papel y version film) destructivos, recuperan el rocanrol donde habia, cada vez mas, poses de tristeza melodica. La clave es, desde ya, el humor, que corrosiona el mencionado complejo de superioridad de las culturas alternativas.
Una introduccion larga para lo que sera una reseña mas bien corta. E inutil, porque incluye una comparacion con el original (la historieta de Bryan O’Malley) que no tiene mas sentido que el del regocijo en la referencialidad pura, algo tan siglo XXI. Scott Pilgrim es un gran film. En principio, porque la eleccion de Edgar Wright para la direccion fue perfecta: la historieta jugaba constantemente con los generos, las parodias y los homenajes y los cruces y los mejunjes, algo para lo que Wright ya habia demostrado grandiosa habilidad en una serie fundamental, Spaced, y luego en sus gloriosas Shaun of the Dead y Hot Fuzz. En el film, el humor “rarito” de la historieta (adaptado por momentos verbatim) se combina a la perfeccion con el humor seco, sorprendente y vital de Wright (que mientras tanto, escribe el guion para Tin Tin: la pego). Esta combinacion perfecta convierte, en primera instancia, a Scott Pilgrim en lo que quiere ser: antes que un suceso para un monton de pibes adivinando chistes secretos, una pelicula divertida, con momentos absolutamente del-orto. Y otros no tanto.
Claro, era obvio. Nunca falta la objecion. Porque Wright adapta maravillosamente el maravilloso primer volumen, pero el resto se ve triturado, por logica falta de tiempo. Pero sobre todo porque visualmente la pelicula comienza siendo brillante, divertida e innovativa, sorprendente en cada eleccion, pero termina siendo repetitiva: repetitiva en el estilo en que se desarrollan las peleas (mientras la historieta parodiaba a los fichines pero tambien al manga –gran influencia-, al cine y a otros demases, el film convierte casi toda pelea en un homenaje al fichin); repetitiva en las invenciones visuales. Y hacia el final, entonces, cierta anarquia festiva se diluye: todo se condensa en una escena metaforico-explicativa que ralentiza el ritmo notablemente, la locura se torna obviedad y sobre todo, esto dura bastante, se estira el final. Los ojos llorosos de Ramona forman un primer plano efimero y perfecto, pero entre eso y el inicio de la pelea final tenemos un monton de palabrerio sensibiloide, alguna bajada de linea y muchas ideas visuales ya vistas (el desierto, la pelea tipo arcade –esta, repetida literalmente-) y un desenlace (previo al epilogo mencionado) absolutamente de rigor, que da la sensacion de haber sido escrito con desidia, con el manual abierto y todos los lugares comunes del "aprendizaje" recorridos con poca imaginacion, casi como una rutina por el director, que pareciera decirnos "bueno, se acabo la diversion (y la pelicula), ahora vamos a cerrar todo y listo". En este contexto, ciertas resignificaciones funcionan, pero otras no. Ciertos dialogos funcionan, pero otros se extienden en el vacio, resuenan a formula. Y nada es explosivo, como ocurriera en la mejor narrativa epica guitarrera hasta la fecha, la gran, la brillante, la verdaderamente imbatible FLCL (de la cual tanto historieta como pelicula toman prestado), con aquella banda sonora tambien demasiado increible.
Si, el final es flojo. Pero el resto del film es buenisimo, con momentos cercanos a la genialidad, si la estupidez puede llegar a ser genial (como los muchachos de Jackass nos recuerdan siempre). Y se celebra el regreso a una banda sonora que sea indie y pueda incluir rock guitarrero epico y desaliñeado (es bueno escuchar a T-Rex, saber que nuestros protagonistas odian a los llorones de Crash y sus muchachos, autores de “Estoy tan, tan, tan triste” y “Te odio tanto”, verdaderas gemas, y que los Stones suenen solo para infamar a Jason Schwartzman haciendo de garca) y “bandas que apestan” (como la banda protagonista). Hay una verdadera reinvencion (que ya estaba en la historieta) de toda una cultura de espiritus tristes y corazones rotos, una reinvencion guerrera que se respira en las elecciones musicales, que le devuelve a la juventud ese deseo vital de romper cosas, de romperse cosas, ese sentimiento de invencibilidad rayana con la idiotez y la ebriedad. Porque como lei ayer insomniando en twitter (uno se queja de las moditas y despues...), “vivimos una década equivocados, pensando que Nirvana era el futuro. no, nene, el futuro es Pavement. Exisitiendo Pavement, la gerencia no se hace responsable de la escucha de bandas de mierda como Radiohead”.
EXTRAS!
Algo de T-Rex
Algo de FLCL, musicalizado por los Pillows
escena del episodio 4, si mal no recuerdo (no me deja embedear)
Algo de Pavement